lunes, 31 de agosto de 2020

Diario de Viaje: Madrigal de la Vera (Julio de 2019)

 Buscando donde remojarnos tras el intento fallido en Candeleda nos acercamos hasta la vecina Extremadura. Apenas entramos en el pueblo, solo un barrio con casas comunes quizás diseñadas para la temporada estival y nos dirigimos hacia la Garganta de Alardos, que tiene un imponente puente romano de un único arco, muy alto.

De nuevo, la piscina natural no permitía la entrada de mascotas, cosa que ya uno empieza a aceptar que tienes accesos limitados. Sin embargo, debajo del puente de la carretera ya no era jurisdicción de los que custodiaban el lugar de baño. Al menos es lo que nos confirmaron estos. El agua era cristalina, lo típico de estos lares, aunque el nivel era bastante bajo y tenías que tumbarte para poder remojarte entero.

Unos bocadillos y de vuelta a casa. Primera visita a esta comunidad autónoma fugaz.

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