Un pueblecito que está ya en ascenso, enclavado en la Sierra de Gredos. Primero de todo aparcamos el coche en las piscinas naturales del río Pelayos y tomamos un camino que iba remontando el río. En cierto momento puedes encontrar huecos entre la maleza que descienden hasta el río, llegando a algunas pozas de agua cristalina, redondas piedras y frescor. Un buen chapuzón veraniego alejado de tanta gente siempre viene bien. El camino no se complica mucho y te lleva hasta el campo de fútbol y el polideportivo.
Guisando está rodeado de bosques y está edificado en pendiente, incluso se ven a lo lejos las cumbres de la sierra. Un rincón maravilloso. La arquitectura no es espectacular, da la impresión que las casas antiguas fueron remplazadas por edificios para los turistas o los familiares que quisieron tener una segunda residencia en el solar familiar.
La piscina natural es un pequeño embalse que se le hace al río y si rodeas la pequeña plaza de toros llegas a unas imitaciones de los famosos toros de Guisando y de ahí a una antigua fuente con mesas de piedra que están a la sombra de pinos. Un sitio donde puedes retomar energías durante un rato para seguir la caminata.
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