miércoles, 30 de junio de 2021

La ingenuidad de las renovables

Hoy en día todo está polarizado, cualquier cosa se usa como arma arrojadiza o como elemento para distinguir y alentar a los tuyos. Desgraciadamente, también le ha tocado a las energías renovables y al cambio climático. Como las predicciones han sido más por exceso que por defecto muchos creen que en realidad todo es falso. Pero, creedme, es mejor prevenir que curar. Y más con lo del cambio climático. Quizás la hostia no llegue en 2100, quizás lo haga en el año 2200 o 2300, pero da igual, la certeza es que va a llegar. Ahora, muchas opciones conservadoras quedan arropadas por el clima de crispación y con la dialéctica de la teoría de la conspiración y se oponen por defecto a toda medida en favor de las renovables, más defendidas por el sector político progresista.

Ya con cualquier noticia sobre impactos medioambientales de las energías renovables saltan clamando que todo es un timpo y que los combustibles fósiles son la única y eterna solución. Pero no, si estás metido en el mundo de las renovables sabes que no todo es color de rosa y que se hacen análisis de ciclos de vida donde incluso se evalúa seriamente el impacto ambiental. Que no se difunda y que los periodistas crean que todo lo renovable es Jauja es otro asunto serio a discutir. Ese triunfalismo pedante termina por hacer sospechar incluso al previamente más convencido.

La nueva polémica es por darse cuenta algunos que los parques eólicos tienen bastante impacto en su zona circundante y que puede haber muertes de aves, ruidos molestos y que la tierra queda ocupada también para la instalación. Es de cajón que los parques van en lugares con condiciones de viento muy favorables, por lo que no pueden ser instaladas en cualquier lado. Sí, impacto visual; sí, el tema de la extracción de las tierras raras necesarias para los generadores; sí, el problema acarreado del desmantelamiento final del parque y qué hacer con los elementos no reciclables. Repito, esos son temas conocidos pero se tienen que divulgar sí o sí para evitar triunfalismos o discursos equivocados.

Y tampoco podemos vender a las renovables como la solución definitiva. Vale que dos horas de irradiación solar en la superficie terrestre vale para dar electricidad al planeta entero un año, pero en dos horas no se recoge toda la energía necesaria, nuestra tecnología (y superficie de instalación) es limitada. Además, son procesos variables, una nube o un cambio de vientos puede hacer parar la producción. Nuestra civilización cada vez depende más de un suministro constante y fiable de electricidad. ¿Solución? Instalaciones de respaldo. Hoy lo suple el gas natural (o el carbón en algunos lugares) y la aquiescente nuclear. ¿Cómo incluso quedarse con el excedente si la producción es muy buena? Pues hay que recurrir a la tecnología de almacenamiento de electricidad, que hoy no está tan madura para que las renovables puedan con seguridad guardar su excedente y darlo a la red cuando haya mal tiempo. Hidráulica de bombeo, aire comprimido, volantes de inercia, baterías, vectores energéticos (hidrógeno, gas natural, gas de síntesis, etc.). Y respaldo de las centrales de base que generen el menor impacto posible (nuclear, ciclo combinado, gas natural, etc.). Lo siento pero toda tecnología contamina en mayor o menor grado, el impacto nunca puede ser cero. Falta más investigación.

Pero, para mí, el problema siempre es el mismo. El problema es la sostenibilidad. Se puede arrasar toda la superficie española y poner a cascoporro paneles solares y el impacto sería, evidentemente, catastrófico. Eso sí, a cambio tendríamos energía de sobra. Pero la moraleja sería que pasados unos años (o décadas, a lo sumo) esa potencia eléctrica llegaría a ser insuficiente para la humanidad. Porque cada vez consume más y más, y cada vez hay que generar más y más energía. Y esto, ni con los recursos ingentes del sol, es ilimitado. Ya en el máster me dijeron que la energía más limpia es la que no se consume. Por ejemplo, se llegó a estimar que el parque eólico ecuatoriano de Villonaco generaba una potencia similar a lo que se consumía en el país por pilotos de standby encendidos. ¿Es entonces «renovable» la producción eólica si tiene que ir a algo que casi nunca es necesario? ¿No estamos echando la culpa a las renovables de nuestro despilfarro?

No digo, como algunos, que hay que volver a vivir casi como antes de la Revolución Industrial (prohibido carne, viajes en avión, productos suntuarios) pero hay que frenar un poco. Tantas cosas con plástico no creo que sean necesarias. Si tengo que tardar media hora más en un viaje no debe ser un problema. En un mundo estresado se tiene el paradigma de la máxima potencia pero al final lo mejor es la mayor eficiencia (con momentos puntuales de más potencia). También, además de no consumir si no es necesario, es diseñar mejor nuestras ciudades para que por medios indirectos no se tenga que consumir energía. Quizás no serían necesarios tantos aires acondicionados si arquitectónicamente las casas y los pisos estuviesen diseñados para mantener temperaturas constantes y construidos con materiales de valor agregado (quizás jardines verticales en fachadas sin ventanas expuestas al sol, quizás buen aislamiento térmico en paredes, ventanas y puertas). Quizás sí seguirán siendo necesarios los aires acondicionados pero a lo mejor solo tendrían que usarse puntualmente. Recordemos que mucha de la energía que se produce se invierte en climatización... Quizás, la geotermia puede ayudar, las sombras naturales, doble ventana, etc. ¡Y quizás deshacerse de la idea de ir todo el año en calzoncillos por la casa pueda ayudar también!

Y tampoco digo que los países emergentes tengan que apretarse el cinturón y los países desarrollados, que ya han cambiado políticas, miren para otro lado. En todo lugar del mundo la gente quiere vivir de manera cómoda. Ha de haber colaboración global porque de casi 200 países que hay en el mundo, el planeta sigue siendo común.

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