viernes, 29 de diciembre de 2023

Diario de Viaje: Lyon/Liyon/León de Francia (Noviembre de 2022)

 Saliendo temprano en tren desde Grenoble te da tiempo a ver los campos y zonas montañosas hasta llegar a Lyon. Mira que desde hace años me han hablado muy bien de esta ciudad pero nunca tuve la oportunidad de darle una vuelta. Finalmente, la agenda cuadró y armado con una mochila empecé a recorrer como loco sus calles antes de partir hacia el aeropuerto.

Desde la estación de tren enfilas hacia el centro y te encuentras con grandes rascacielos, la zona económica de la ciudad parece. Pero empieza lo bonito cuando cruzas el puente del Ródano y te ves la majestuosidad del Palais de la Bourse. Ventanas alargadas y en gran número, esculturas, techos en ángulo de pizarra, detalles dorados, lo que te gusta de este país. De ahí hasta el ayuntamiento con su torre central hermosa y asomándose a la Place des Terreaux con su fuente. Espectacular el lugar y con muchos turistas, evidentemente.

Callejeé un poco por la zona, con callejuelas y casas típicas francesas. Hasta paré para comer un bocadillo típico del lugar. Incluso compré un postre, que reservé para probarlo en casa. Nada mal. En esta zona hay muchos detalles y calles en cuesta, todo de tonos blancos y con el sol que asomaba te sentías bien. Y la caminata llegó hasta el anfiteatro romano, que está bien conservado y tiene unas vistas a la ciudad inmejorables.

Empecé a bajar hasta cruzar el río Saona, que hace una curva muy interesante y tienes buena panorámica del lugar. Y de ahí al Vieux Lyon, repleto de gente y con calles con detalles de madera y partes bajas con arcos (aunque no en voladizo, creo que es una estructura típica de esta parte del país). Pude llegar hasta la catedral de San Juan Bautista, que me pareció pequeña, y anduve hasta la iglesia de San Jorge, con su torre afiladísima.

Tenía tiempo, así que acumulé fuerzas y empecé el complicado ascenso hacia la basílica de Notre-Dame de Fourvière. Enorme, muy blanca, con detalles impresionantes y teniendo una vista de la ciudad envidiable. Me encantó pasear por la zona y tener diferentes puntos de vista de la basílica (sobre todo desde el Parc des Hauteurs) y de una torre de comunicaciones que le hacía homenaje a la Eiffel. Incluso entré en el templo y sus paredes me encantaron.

Empecé el descenso por una zona boscosa en vez de deshacer mis pasos por la calle y me encontré con una manifestación multitudinaria, aunque pude sortearla para hacerle unas fotos a la iglesia de Saint-Nizier. De ahí, ubicar qué calle era la que tenía que tomar y de vuelta a la estación de tren y de ahí la lanzadera hacia el aeropuerto. Me encantó la ciudad y ojalá poder volver.

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