Ya saliendo de Oporto decidimos llegar a esta enorme ciudad que está solo cruzando el río Duero. Aparcamos allí y empezamos a caminar para ver las buenas vistas que teníamos de Oporto. Desde Oporto también se ve esta ciudad y la dominan las bodegas de vinos del lugar (repito mucho la palabra oporto) y la cúpula del monasterio agustino de Serra do Pilar. Y de ahí al abarrotado jardín do Morro y teniendo cuidado de pasar por la parte superior del puente de Luis I y no tener percances con el tranvía.
Desciendes por callejas y hueles las bodegas y nos entraron ganas de entrar en varias de ellas y comprar mucha variedad de oporto. Hay algunos rincones con esculturas metálicas haciendo como de fresco en ciertas paredes y la típica iglesia portuguesa. También a pie del río decidimos gastarnos los cuartos y almorzar con esas vistas maravillosas.
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