jueves, 1 de agosto de 2013

Alfonso XII y las Cortes de 1884

Es el último discurso regio de apertura que lleva a cabo Alfonso XII al morir prematuramente a finales de 1885.

Comienza su último discurso con alegría por encontrarse con el Poder Legislativo y más en una época en la que se ciernen ciertas dificultades. Pero estas no llegan al nivel de problemas pasados y tampoco difieren mucho de cuestiones que se presentan en otros Estados europeos. La única diferencia que hay es que en España los sucesos de anarquía y discordias han sido muy recientes y por ello cualquier leve amenaza cobra niveles de alarma en España. Las últimas amenazas anarquistas demostraron que esta ideología en territorio español no queda muy alejada de la del resto de Europa y aunque la desconfianza actual sea infundada hay que darle peso al Gobierno para que pronto de a conocer que en el territorio solo hay paz y que las instituciones son sólidas. Pero no hay que hacer caso a la demagogia y sí hacer caso a que la seguridad es sólida, por lo que no se han de retocar leyes para convertirlas en altamente restrictivas: la legislación ya está preparada para acabar con el crimen y la anarquía si se aplica firmemente. Con estas leyes el Gobierno ha de ser capaz de frenar a los que impiden la reorganización y la prosperidad.

El propio Rey reitera que es el máximo cumplidor de la imparcialidad parlamentaria, pero para garantizar el orden público solo es posible un sistema y en él se pueden encontrar ideologías contrarias sobre cómo aplicar legislaciones, por ejemplo. Siempre pueden haber opiniones diferentes y son legítimas si se apoyan en medios legítimos, requisito suficiente para que gocen de alta consideración para el Rey. El objetivo de los partidos políticos es asegurar el apoyo y la confianza del pueblo y realizar acciones para seguir manteniendo dicho apoyo.

Las relaciones con la Santa Sede son excelentes y el propio Alfonso XII confiesa que le guarda alta estima al Papa. Además, las relaciones internacionales son completamente amistosas y muchas tienen interés en crear embajadas para ganar prestigio ante el Rey y tener prioridad en acuerdos, sobre todo Alemania, imperio que en breve gozará de embajada española en sus tierras también. El tema de la soberanía española del archipiélago de Joló ha quedado aceptada por Inglaterra y Alemania. También se desarrollan acuerdos de paz con Chile y Ecuador, importante enclaves del sur de América, región del mundo con el que se deben estrechar lazos y olvidar lamentables diferencias. Han de presentarse acuerdos comerciales con Portugal, Países Bajos, Inglaterra y Dinamarca, así como la concreción de la reforma del acuerdo con Estados Unidos. También se iniciarán tratados de comercio con Italia, Rusia, Turquía, Colombia, México, Japón y Siam (Tailandia, Camboya y Laos en la actualidad). También se llevan a cabo leyes de propiedad intelectual con Colombia, Venezuela, Ecuador y Alemania, así como la creación de tratados de extradición. Es además urgente la llegada de españoles al territorio de Ifni para el desarrollo de la planta pesquera y consolidar con el Imperio Jerifiano (Marruecos actual) relaciones interesantes y con porvenir.

En el campo de la Hacienda pública ha habido una inmensa mejora. La deuda pública se ha regularizado y se pagará sin problemas. La balanza será positiva siempre que se contengan con fuerza los gastos, pero es necesario que se reforme el régimen de contribuciones: inmuebles, los sucesores del de la sal, consumos y suavizar los gravámenes por el uso de papel sellado. Es importante además acelerar la contabilidad del Estado. Pero mientras que no se nivelen gastos e ingresos han de perpetuarse los sacrificios impuestos al clero, a los funcionarios activos y a las clases pasivas. Pero es necesario dispensar de tales a la oficialidad del ejército que tenga grandes gastos de movilización y esto no excluye a mejorar los salarios de los soldados. Y es que Alfonso XII confía en que se ha de actualizar y reorganizar el Ejército español y la defensa de costas y fronteras. La Junta Superior de Defensa está ya reorganizando y cumpliendo tareas y deben recibir en breve un impulso económico para crear nuevas fortificaciones y perfeccionar la artillería. En necesario que diputados y senadores analicen leyes de requisación de ganado y transporte, puesto que ya se ha creado una Junta que realice estos estudios. Es a su vez necesario eliminar inconvenientes que afecte el campo bélico al Tesoro, al pueblo español y al propio Ejército, así como tener en consideración el futuro de sargentos veteranos.

Aunque esto conlleva un importante gasto es necesario además reconstruir e incrementar el número de barcos de la Armada. En el Presupuesto se indica una partida para contratar astilleros extranjeros para tales obras pero nunca ha de descuidarse el fomento de la industria nacional. El Gobierno cree que atendiendo los gastos urgentes y aplazando lo demás no habrá problemas de balanza para la Nación y así está detallado en los Presupuestos.

También es necesario devolver la independencia y el orden de las haciendas municipales y provinciales: es indispensable reformar las administraciones locales. Por ello Ayuntamientos y Diputaciones han de ser los verdaderos protagonistas y las atribuciones incongruentes han de ser para delegados del Poder Ejecutivo. Con esto volverán a tener alta consideración bajo los auspicios del Gobierno central. La opinión pública también aclama la reforma de la ley electoral. Dejando a los partidos qué amplitud de nuevo sufragio será el conveniente para España es indispensable corregir los vicios que desvirtúan la sinceridad de las votaciones. Se han de garantizar en las mesas interventores de todos los partidos y evitando que las pasiones corrompan escrutinios y así prestigiar al sistema parlamentario. También es necesario reformar el sistema penitenciario.

Han de someterse prontamente reformas a las legislaciones penal y civil. Desde 1875 todos los Gobiernos han intentado llenar los vacíos del Código Penal y armonizarlo con la Carta Magna para eliminar la penalidad en materia de imprenta. También en breve se presenta el proyecto de Código Civil y modificará al Derecho de Castilla, aunque respetará el proceder de las provincias forales. Cuando todo esto esté aprobado ha de estudiarse el proceder del juicio oral, siendo público y de carácter verbal en sus momentos más esenciales, cosas ya adquiridas, pero sujetas a mejora. La política correccional también ha de acercarse a los delincuentes para su reforma. El Enjuiciamiento civil también ha de basarse en esto y abaratarse.

Es necesario también mejorar la enseñanza pública. Momento ya de dejar ensayos y configurar un marco perdurable que defienda la difusión y cultivo de las ciencias, la dignidad del profesorado, la enseñanza de la Constitución y los principios del derecho natural, bases de las libertades sociales. Ha de ser libre el modo de enseñanza, siempre que se atengan a las costumbres españolas. Se tienen que eliminar las confusiones que han traído numerosas leyes y dejar las posturas definitivas. Por otro lado, también se deben introducir mejoras legislativas en las obras públicas.

Mirando a Ultramar es necesaria toda la atención a Cuba, pues el final de la esclavitud inevitablemente pone dificultades a alcanzar los beneficios que se llegaban antes. Los cultivos son costosos y el trabajo voluntario es, evidentemente, remunerado. Ahora se hace difícil competir con otros mercados. Para paliar esto se plantean acuerdos comerciales con Estados Unidos. Con los beneficios que pueda traer esto han de mejorarse todo lo posible los servicios públicos y armonizar los procederes de la Perla del Caribe con los del resto de provincias españolas. En Puerto Rico se ha de simplificar la administración y consolidar la regularidad y el orden. En Filipinas ahora es urgente paliar el déficit enorme traído por la reforma del régimen agrícola y económico. Se han de mejorar el orden administrativo y civil y el Código Penal ha de eliminar la heterogeneidad de planteamientos sobre el tema.

Alfonso XII exhorta a los diputados y senadores que hay que confiar el en porvenir. Los problemas internos son más aparentes que reales y no hay amenaza exterior. Sin embargo, en consonancia con el resto de potencias, no es algo bueno olvidarse y desatender los asuntos militares, aunque la política española sea pacífica y desinteresada. Los conflictos del pasado recuerdan que lo importante es ocuparse de mejorar la prosperidad interior. Sin embargo, las buenas intenciones de un país no alejan a algunos países que en el futuro quieran usar la guerra contra España, por lo que no se debe olvidar la defensa. Si se mantiene el espíritu de concordia de la época dorada española solo hará falta contemplar de manera serena cada eventualidad. La concordia interior y el respeto del exterior hacia una nación, con fuerte sentimiento nacional y que suaviza en su seno pasiones insanas mientras promueve opiniones políticas diversas, ha sido siempre el sueño de Alfonso XII y el objetivo que tuvo desde que fue proclamado Rey y que mantendrá el tiempo que siga ostentando el cargo. El interés nacional es el más noble que existe. Inspirándose en esto no hay ningún problema difícil y las grandes contradicciones se resolverán de manera sencilla. Así el progreso siempre será continuo. Tanto el Rey, como los representantes y el pueblo desean tranquilidad y prosperidad y que todos los sacrificios han hecho siempre por alcanzar el honor y la grandeza de la Patria.

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