sábado, 23 de noviembre de 2019

Batacazo naranja

Si hubo una gran sorpresa en estas segundas e inútiles elecciones generales ha sido el batacazo de Ciudadanos. Un batacazo tan fuerte que incluso Rivera ha decidido dar un paso al costado y alejarse de la política definitivamente, contra todos mis pronósticos. Quién sabe si ahora a Cs le queda un camino similiar al de UPYD, un camino que ayudaron a construir los naranjas, no se olvide nadie de esto.

¿Dónde puede estar el origen de todo esto? Seguramente los analistas políticos y los politólogos den una respuesta más certera pero yo apunto que el fin de Ciudadanos ha sido fomentado por el propio Ciudadanos...

El principio del fin es, justamente, su punto álgido. Las leyes de desconexión catalanas y el 1-O, con el consecuente escenario del artículo 155 provocaron unas elecciones autonómicas donde Ciudadanos arrasó y obtuvo el voto de lugares que muchos pensaban que eran feudos de otros partidos. Sí, no alcanzó la mayoría absoluta e intentar formar gobierno era algo muy complicado. ¡Pero es que ni siquiera se atrevieron a intentarlo! Arrimadas podría haber dicho que sí, que se veía candidata y presentarse a la confianza de la cámara. Perdería, pero al menos podría demostrar a sus votantes (fieles y ocasionales) que la cosa iba en serio. En cambio, hicieron mutis por el foro, sabiendo que se sentían más cómodos en la oposición, sintiéndose a gusto con el papel de parte ultrajada. Si no, pensad, desde ese momento solo Cs ha hablado de la mayoría silenciosa, de que los independentistas no llegan al 50% de los votos, que no tienen mayoría en la cámara, y un largo etcétera. No han vuelto a reivindicar ni a sacar el tema de que ellos fueron la primera fuerza en votos. Eso, sinceramente, descoloca.

Ciudadanos también ha tenido mucha asesoría en imagen. Lo hicieron pasar por nuevo partido cuando competía por el centro contra UPYD, cuando en realidad ya tenía una larga senda recorrida en Cataluña. Si hacemos memoria recordaremos lo que se habló del cartel electoral de Albert desnudo o incluso el pacto con la formación extrema Libertas. La imagen del partido maquilló y alejó bastante eso: ahora era un centro izquierda, una socialdemocracia con aportes liberales, formación de gente joven, no criada en las juventudes de los partidos, de distintos sectores... Pero pronto abandonó esta senda para acercarse más al liberalismo, más afín a las empresas y a una política pragmática. Creo que se dieron cuenta que muchos votos del PP recalarían en ellos si se hacían ver un centro derecha dinámico, alejado del tufo carca y nostálgico del franquismo del sector más extremo del Partido Popular. ¡Miren, somos jóvenes, no casposos, sin corruptelas entre nuestras filas! Y como punto álgido fue la moción de censura contra Rajoy, ya que vieron la oportunidad de convertirse en el principal partido de la oposición, destruyendo al PP, robándole los votos más moderados. En parte le salió la jugada pero a la larga parece que la gente ya se cansó de ellos. Vaya, si estuvieron a punto de coaligarse con Sánchez y llegar al Consejo de Ministros. Pero eso ya quedó atrás.

Muchos concebían Cs como un partido bisagra, un partido aprobado (si no respaldado) por los magnates del Ibex35, que venía a dar estabilidad, a pactar con unos y otros. Lo malo del partido bisagra es que muchos sectores solo ven bien que pactes a un lado y no al otro, luego terminas creando desafectación. Pero esa estabilidad que tenían por meta ahogó a la regeneración pues pactaban más con partidos que ya estaban en el gobierno que con los que aspiraban a este. Incluso en varias ocasiones apoyaron partidos donde los escándalos de corrupción y clientelismo apestaban ya demasiado. Más que status quo, inmovilismo.

Y llegamos a la fase feroz contra Pedro Sánchez, contra el PSOE en todas sus formas. Sí, en su afán por desbancar al PP de su puesto como heraldo de la derecha pensaban que era buena táctica acaparar sus votantes y presentar al presidente Sánchez como un demonio que solo pacta con gente que quiere desarticular España o, como mínimo, asegurar sus chiringuitos regionales. Claro, si le niegas el pacto y quieren gobernar les obligas a pactar con los que están dispuestos a pactar (a cambio de algo, claro). Es como forzar a que ocurra una profecía autocumplida: ¿véis? Si piden agua y se la negamos terminan pidiendo agua a los otros, que era justo lo que vaticinábamos que iba a ocurrir...

El rechazo al PSOE ha venido ligado a posiciones inmovilistas y de blanqueamiento de la extrema derecha. Sí, el famoso "trifachito". Tanto querer aislar a Sánchez que terminaron haciendo causa común con los partidos que opinaban lo mismo, sin importarles cuál era su ideología concreta. Un partido residual, que yo lo veía como la escisión ultra del PP que aumentaría en fuerza, pero no tanto, fue catapultado a las esferas del poder. Y mientras tomando de idiotas a sus votantes con que no pactaban sino que era otra cosa. El votante se cansó de ser tomado así, el que veía que Cs cada vez se parecía más al PP decidió votar al PP original. Los que vieron un pacto in extremis en la legislatura previa con Sánchez lo vieron como veleta y abrazaron a Vox y muchos vieron las ansias de protagonismo de Rivera y se fueron a la abstención. El resultado ya lo conocemos.

¿Qué pasará ahora? Solo hay que ver a su antiguo competidor, UPYD. Han sido fuerzas que han orbitado en gran manera en torno a un líder, un líder que termina pensando que ese es su cortijo y que puede hacer y deshacer a su antojo. Un líder que piensa que sin ellos el partido no puede ir (no debe ir) muy lejos. Ahora intentarán seguir la línea, luego la candidata con más fuerza puede ser Inés Arrimadas, una política muy capaz. Pero creo que el continuismo no va a hacerles bien. Si no cambian de táctica volverán a la irrelevancia. O incluso peor, a la desaparición.


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