El lugar es espectacular, ya me habían hablado de él y tenía ganas de recorrerlo tranquilamente. Pues nada, un soleado domingo para el lugar, aparcando a las afueras donde hay un solar donde la gente puede dejar el coche y caminar un poco hacia los pinares que bordean el embalse. Aunque había gente llega un momento que eliges este y otro sendero y te quedas solo. Ves los montes muy verdes cómo convergen al embalse y el sendero empieza a zigzaguear para bordear barrancas. Así, entre los árboles, vimos al otro lado los restos del Palacio del Bosque, con su cima circular. Bastante interesante.
Después fuimos de manera más directa hasta el centro del pueblo, que tiene un aire bastante medieval, tras cruzar un arco sobre la muralla que tiene una torre del reloj, te encuentras con la iglesia de Santa María y un poco más allá los restos del castillo. Ya a estas alturas la inspiración castellano y leonesa se nota bastante, las iglesias de esta zona eran de tipo románico y puedes visitar otro arco justo al lado del puente histórico.
Volviendo a callejear por la parte más nueva llegamos a un restaurante que tenía una terraza a la entrada, todo en sombras (no recuerdo si por parras o por toldo) y atendieron bien a nuestra perra y se comió bastante bien una ensalada con ventresca.
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