Me encanta este pueblo madrileño. Está al oeste de Madrid y se acerca a la sierra, que cambia de configuración con respecto a su contraparte oriental. Hay multitud de encinares y las casas del pueblo tienen un particular artesonado de madera.
También es un enclave histórico bastante interesante, hay varias lomas con búnkeres y torretas de la Guerra Civil, mudos testigos de uno de los episodios más horrendos de la Historia de España. También hay multitud de restos de hornos de cal y la cantidad de senderos que puedes tomar es importante, puedes serpentear por los montes un buen rato y volver al pueblo a pasear por la ribera del río. He vuelto tres o cuatro veces y no me canso, la verdad. Es una joya.
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