viernes, 15 de agosto de 2014

Francia, lamentablemente, zozobra

Logré hace poco uno de los objetivos académicos de mi vida: trabajar e investigar en Francia. La verdad es que me venía bien el cambio de aires y el probar cómo se investiga por aquellas afamadas tierras. Y visitarla, viendo su idiosincrasia, por supuesto. Y no hay que negar que es una sociedad respetuosa y algo fría (excepto cuando beben una copa de vino) y con una infraestructura que merece la pena.

Pero aún así, mucho mejor que España y Argentina, llegué en la época en que ya habían sido descendidos de nota por las agencias de calificación y la economía bailaba entre el estancamiento y la ligera recesión. La verdad es que muchos conocidos tenían ideas funestas sobre lo que estaban pasando: ya no eran uno de los motores europeos. Y no había posibilidad de ofertar ya contratos fijos. Sorprende el listón de cada país, puesto que estando infinitamente mejor que España se los veía a los franceses decaídos y con temor a entrar a tiempos duros. Y creo que incluso con este declive seguían mucho mejor que cuando España era una economía boyante.

Hollande poco ha podido hacer, excepto seguir perdiendo popularidad. Ya no circula por las redes el documento (apócrifo) que decía que don François en dos meses había hecho más que don Mariano en un año. Vale que Rajoy es pésimo, pero resulta patético hacerlo más malvado de lo que es. Sobre todo cuando la comparativa es Hollande, el socialista que no es reconocido como tal por los socialistas. Lo malo es que el ala derecha de la política gala está destruida por los tejemanejes de Sarkozy y en vez de ir a la izquierda por el soñador Mélenchon están yendo masivamente al populismo racista de Le Pen.

De nada sirvieron las proclamas de no ser más un perro faldero de Alemania y que el socialismo francés arrojaría pistas a los demás miembros de la Unión Europea para hacer una nueva y mejor política económica. Incluso las propuestas de reformar el capitalismo de Sarkozy quedaron como un brindis al sol. Y bailar al son de Alemania sigue siendo aún lo tradicional en este gran país. El déficit y la deuda siguen subiendo y ni siquiera las arriesgadas propuestas de Valls pueden frenarlos. 50000 millones de euros que se iban a recortar, más al estilo de derecha que de izquierda. Pero tal cantidad aún es insuficiente. Y ya sabemos que recortar por recortar (y más donde no se debería hacer) promueve el estancamiento de la economía y presagios aún más funestos. Además, aún el Primer Ministro tiene el temor de que no es aceptado como un francés más, por lo que sus posturas las hace con cierto resquemor, conllevando más críticas si cabe. Que asuma quién es, que vea qué dice cuál papel y que diga sin tapujos que es del ala conservadora del socialismo, quizás así pueda hacer una política coherente.

Ni los escándalos románticos de Hollande ni sus ideas de ser un 'padre de la patria' durante la conmemoración del 100º aniversario del inicio de la I Guerra Mundial lo van a rescatar del pozo de popularidad en el que está. El Presidente menos valorado de la V República (o sea, desde 1958). Sigue haciendo lo contrario que había prometido, esclavo de lo que se diga afuera, esperando algunas concesiones y migajas de la Unión para no ver cómo la industria francesa se va al garete. Ni siquiera el empujón del italiano Renzi pudo consolidarse y él aprovecharlo. No le quedan muchos aliados y más desde que Reino Unido se empeña en jugar solo (o en contra de los demás).

Bajan las inversiones y sube el paro (10,5 %) y no sé cuánto ahorrarán en la remodelación de la división regional de Francia. Al ser un Estado centralista esto lo puede hacer sin problema, pero seguro que ganará algunas quejas de regiones autonomistas con betún nacionalista y pedirán más prebendas y exenciones. Espero que las quejas no sean vertidas, como siempre, a las clases inmigrantes menos favorecidas. Eso es lo que quieren los partidos xenófobos de discurso sencillo. El asunto es más delicado de lo que se supone y Francia debe despertarse antes de que termine el año. Lo malo es que en la arena política no hay nadie que pueda armar un buen equipo y tirar del carro (¿deberían ganar y convencer en las primarias Ségolène Royal y/o Jean-Marc Ayrault?). 2017 está muy lejos, desgraciadamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...