martes, 14 de junio de 2016

Juan Carlos I y Sofía en Puente Genil

Sucedió un 3 de abril de 1976 y no sé si la situación volvió a repetirse. Parece ser que era su gira como Reyes por los pueblos andaluces. Entre presentación y propaganda, ya que tenía que ganar Juan Carlos muchos apoyos para poder iniciar una Transición con la mayor parte de los españoles de acuerdo. Y, en retrospectiva, sabemos que lo consiguió.

Llegó alrededor de las 12.15 tras salir de Estepa. En la Casa Consistorial las cornetas y tambores entonaron el himno nacional y los aplausos y vítores llenaron el lugar. Se descubrió una placa que conmemoraba otra efemérides; del mismo día pero de 1482, momento en el que pasó por el lugar (en la antigua Pontón de don Gonzalo) Fernando el Católico.

El alcalde era Miguel Robledo y en el balcón pronunció unas palabras agradeciendo a los Reyes por pasar por Andalucía y que sin ánimos de agobiar tomaba la regia palabra que había pronunciado ya en sus discursos más fundamentales, a saber, que nadie temiera que su causa fuese olvidada. Así, el alcalde expuso que el plan de regadíos Genil-Cabra y el abastecimiento de agua de Puente Genil y sus aldeas eran harto fundamentales para el progreso de la comarca. Los vítores de los pontaneses parece que fueron enormes y solo aflojaron cuando el Monarca agradeció la lealtad, el afecto y la confianza hacia la Corona que profesaban los habitantes. Dijo ser consciente de los problemas que sufría la localidad y que con el esfuerzo de todos se podrían resolver pronto. Finalizó con un '¡viva España!'

Ya en el salón de plenos los reyes fueron agasajados con un libro a color sobre el pueblo, así como de su afamada Semana Santa. Juan Carlos y Sofía firmaron en el libro de la ciudad y en el del Imperio Romano, la famosa y antigua corporación bíblica. Durante los agasajos la pintora Gloria Prieto les obsequió un óleo suyo donde aparecía el príncipe Felipe. A la salida, niñas con vestidos típicos de la huerta les regalaron productos de la tierra. Una de las niñas tenía discapacidad intelectual y rauda de abrazó a la Reina para hacerle entrega de una carta donde le pedía que viniese a inaugurar el inminente colegio enfocado en problemas mentales.

Cerca del barrio de Miragenil, antes de entrar en el coche oficial, la joven Petri  Pérez entregó a la Reina  un ramo de claveles rojos y amarillos, gesto agradecido por el matrimonio. Dicho coche subió al barrio nuevo, donde en la Matallana fueron ovacionados por miles de personas que se congregaron allí. ¿El siguiente destino? Montilla.

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