sábado, 2 de diciembre de 2017

Balcones engalanados

Lío que aún tiene sus consecuencias, la verdad. El tema catalán da para hablar mucho pero aún se le ve lejos el final que puede alcanzar. ¿Quién sabe cómo va a terminar esto? Bueno, un poco de paciencia que siempre ocurre algo y me gustaría hacer una entrada bloguera detallada.

En relación a esto, hubo una publicación sobre el tema de la bandera española y su crecimiento exponencial en los balcones. La autora, haciendo gala sin reparos de su sesgo, indicaba que era cosa de barrios pijos, de gente retrógrada y que a ver cuándo la quitaban del medio. Algo pensé al respecto, sinceramente. Incluso escribí algunas líneas en las redes sociales. Bueno, hoy fundo esas líneas y le doy un cierto orden y coherencia para que quede una entrada más del blog que, paso a paso, ¡ya se sobrepasaron las 600 entradas!

Antes que nada hay que puntualizar que en España o, mejor dicho, en Europa, el uso de la bandera es simbólico y representativo. No digo que en el resto del mundo esto no sea así, sino que las enseñas europeas intentan dar un contexto a la persona que habla o aparece en algún evento o presidiendo charlas, desfiles o cualquier cosa. O sea, no son decorativas sino que intentan indicar que cierta persona representa en ese momento al Estado (ya sea en todo su conjunto o uno de sus poderes). Es más, un uso abusivo de banderas puede hacer que esta gane más protagonismo que la persona o su mensaje y eso en protocolo es algo a evitar. En otros países, por ejemplo, en Estados Unidos o Argentina, el uso de la enseña nacional se usa en casi cualquier lado (calles engalanadas fuera de toda festividad y en un infinito etcétera) y da un cierto aspecto decorativo. Incluso en los mítines típicos que vemos en Estados Unidos la bandera es casi la protagonista principal. Y en México, usar la bandera para algo (digamos unos calcetines con la enseña mexicana) incluso es delito.

Dicho esto, también hay que entender la libertad de expresión. Cada persona, dentro del marco legal, es libre de expresar sus ideas y relucirlas, por mucho que escueza a unos u otros. Si bien casi es exclusivo de un sector el uso de la enseña nacional en pulseras, relojes, cintas, cinturones, etc. no hay que amilanarse en usarla si deseas. Es más, dejando que solo la clase conservadora use los símbolos nacionales se apropian de ellos y el resto de ideologías y personas quedan fuera, sin símbolo que los represente y unifique. Y no es algo que debería permitirse que, por ejemplo, el PP se alce como único defensor de los símbolos nacionales: no es cierto que sea el único y no debe asociarse la enseña a un determinado partido político.

El uso masivo de las banderas ha sido en respuesta a los sucesos en Cataluña. Hubiese sido, pienso, mejor idea de mostrar afinidad a la unidad de España portando o colgando banderas catalanas para oponerlas a las esteladas (comunidad autónoma vs república independiente). Quizás el mensaje hubiese sido más claro, menos agresivo y más contundente. Pero bueno, fuera de Cataluña, si no eres catalán que vive fuera y se llevó una bandera, es algo más difícil de conseguir (o pasas por tu tierra o tienes que recurrir a Internet).

Ahora bien, ¿esos balcones pertenecen a gente adinerada? No sé dónde vive la autora, pero yo las he visto en balcones de barrios residenciales, de barrios obreros, en ciudades y pueblos. O sea, en cualquier lugar. Todo el mundo a día de hoy puede permitirse comprar alguna y pensar en cómo afrontar el conflicto de una manera sencilla no es potestad de la clase adinerada. Digo más bien que fue algo espontáneo y de índole popular. Incluso mucha gente no tiene aún ni idea de cómo es la bandera española. Si se fijan hay un porcentaje no desdeñable de banderas colgadas en balcones al revés (con el escudo en el batiente, con el león como si estuviese contornado en el primer cuartel).

Muchos me han dicho que ser patriota de balcón no vale, que es ridículo y el patriotismo se demuestra pagando impuestos, ayudando a los más desfavorecidos, siendo crítico. Estoy de acuerdo que si queremos un patriotismo activo hay que hacer lo que dicen estos compañeros. Levantarse y caminar dos metros hacia un balcón y colgar una bandera es muy sencillo, no hay que esforzarse mucho y las consecuencias son mínimas. Muy cierto. Pero, ¿y si esto es un primer paso para un patriotismo (concepto que hoy en día incluso usa Podemos en sus discursos) más práctico y social? Por algo ha de empezarse, ¿no? Nadie nace siendo activista consumado. El uso de banderas en balcones lo veo bien si es el primer paso y no el único. Hay que motivarse.

¿Cuándo la gente quitará las banderas? Si bien en esta segunda mitad de año se han popularizado, la costumbre se inició allá por 2008 con la Eurocopa y consolidada dicha costumbre tras el Mundial de fútbol de 2010. Antes ver una bandera fuera de un edificio institucional era una rareza. Tras los éxitos deportivos, menos. Y ya que estamos, quizás han llegado para quedarse aunque creo que, cuando llegue la temporada de lluvias (ojalá llegue para mitigar la sequía), la gente las retire.

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