viernes, 8 de diciembre de 2017

Día Nacional

Poco a poco va teniendo más resonancia. De pasar casi desapercibido a tener más consciencia de la importancia de la fecha. El 4-D andaluz cumplía su aniversario número cuarenta y toca hacer un breve homenaje. La verdad que hasta hace poco yo desconocía la trascendencia de la fecha. Una manifestación que conllevó al 28-F de 1980, donde tuvo lugar un referéndum donde los andaluces pidieron autonomía por la vía rápida, autogobierno al mismo nivel que las afamadas regiones del norte. Incluso tratada de igual manera, como nacionalidad histórica. El hecho fue votar para que se llevara a cabo el proceso y eso lo sigo valorando en alta estima. Ni idea por qué para ensalzar una fecha hay que despreciar las demás. Por eso me echaba para atrás el 4-D al ser tenido como día de festejos real y tratar al 28-F como si fuese un acto oscuro y manipulado por los poderes fácticos (¡los mismos que hasta hacía poco solo concebían tres autonomías en España o que Andalucía tomase la vía lenta de autonomía o que era mejor crear dos autonomías, oriental y occidental!)

Yo creo que hay que tratar a cada fecha como se merece. No hay que vapulear algo para dar legitimidad a otra cosa. Es más, creo que muchos de los que recelan del 28-F y ensalzan el 4-D como Día Nacional de Andalucía lo hacen porque el 28-F se declaró festivo y el 4-D no. Si mañana hiciesen que el 4-D fuese festivo y el 28-F no, rápidamente estos protestones alabarían las bondades del 28-F y defenestrarían el 4-D. Es que si apoyas algo oficial parece que eres menos fuerte en tus convicciones. Muy loco todo.

El andalucismo tuvo sus idas y venidas a lo largo de la Historia y esto ya lo he apuntado a inicios del blog. Pero es Blas Infante el que le da forma y símbolos y comienza a introducirlo en la política. Si bien nunca cuaja en votos sus propuestas, se planea un Estatuto de Autonomía, aunque la Guerra Civil trunque todo. La dictadura se encargará de uniformizar todo, de dar consciencia de nacionalismo español a cualquier festividad y tradición y a apropiarse de folklore andaluz para travestirlo de 'typical spanish'. Incluso llegaron a indicar los estudiosos del momento que la región andaluza era la más española de todas.

La incipiente democracia (las primeras elecciones generales tras la Guerra Civil se dieron el 15 de mayo de ese mismo año de 1977) empezó a despertar nuevas ideas y sentimientos reprimidos durante mucho tiempo. La idea de que solo Galicia, País Vasco y Cataluña se convirtiesen en autonomías había dejado descuadrados a muchos. Fue Andalucía que, tras meses de preparación y organización, se echó a la calle con ahínco. Las capitales de provincia tuvieron manifestaciones tan grandes que quizás nunca se haya repetido tal evento. En Madrid y en las capitales catalanas los emigrantes andaluces también se hicieron notar. Parece que hubo campaña para forzar a que toda bandera que se enarbolase fuese blanca y verde. Fue ese 4-D en el que se pudo considerar que el pueblo andaluz tomó consciencia como tal, de reivindicar sus logros y tradiciones y dar una señal a todo el país: Andalucía no era más que nadie, pero tampoco menos que nadie. El autogobierno debía ser una realidad para activar a la dormida sociedad andaluza (aún faltaba algo más de un año para que se promulgase la Constitución), habitantes de un país que solo la había considerado como granero infestado de analfabetos, como simple producción de materia prima agraria, olvidando el importante peso durante toda la Historia. El hecho heroico andaluz fue recogido por toda España y al final se impuso el afamado 'café para todos' (ya fuese por vía rápida o lenta, toda región podría convertirse si lo quería en autonomía). Aún hacen falta más agradecimientos a esta hazaña.

Cuarenta años y aún no se sabe con certeza quién asesinó a García Caparrós. Activista andaluz que subiendo a una valla, fue tiroteado (¿dispararon a matar? ¿Disparos de advertencia que tuvieron un final amargo?) Andalucía se demoró hasta 2013 en declararlo Hijo Predilecto. Indignante. El Gobierno central sigue negando desclasificar los archivos de las pesquisas policiales que intentaron desvelar qué pasó. Incluso habiendo prescrito el delito. Inadmisible. Ha de hacerse justicia, ha de repararse ese error histórico garrafal. Con saberse la verdad, con investigar qué pasó en la cadena de mando (quién disparó, quién dio la orden, quién se encargó de ocultarlo todo) quizás se cerraran las heridas.

Pero con tristeza miro documentales y rememoro la fecha. Tantos cientos de miles de personas (quizás sumando millones en total) en cada ciudad pidiendo autonomía, una oportunidad de crecer. Tanto sacrificio de Caparrós, tanta ilusión e ideas nuevas. Todo ha quedado quebrado en parte. Un corrupto PSOE enquistado en las instituciones, una administración ineficiente y llena de enchufados, una descoordinación y despilfarro de dinero. Es una de las regiones menos desarrolladas industrial y tecnológicamente, con un desempleo tan alto que casi se encabezan las clasificaciones del tema, con alto abandono escolar y con un PIB similar al de Perú (ahí es nada, no es que se genere poco), con una superficie enorme (comparable a la de Azerbaiyán y algo mayor a la de Austria) y gran población (ocho millones trescientos mil no son pocos). Duplicidades innecesarias, políticas que no llevan a nada, permisos sanitarios que no valen más allá de la frontera autonómica. Y caraduras que plagian los postulados de la catalana ERC (quizás debido a suculentas subvenciones) y proclaman sin avisar a nadie la independencia (pero virtual, vaya que se aplique el artículo 155, que se ha visto que no solo estaba para amenazar), desvirtuándolo todo y fabricando una pantomima. Creo que la autonomía que imaginaron nuestros padres no es la autonomía que existe. No puede ser esta, desfiguraron su significado inicial.

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