No solo por esta zona está la hermosa cascada de El Chorro. Siguiendo un poco más hacia el sur se llega al valle del Gévalo, un lugar remoto de la provincia que está más en contacto con la provincia de Ciudad Real y Extremadura.
Antes de adentrarnos en esta hermosa zona buscábamos un lugar para comer tranquilamente, que hacía ya bastante calor y la hora ya apretaba para ganar energías. Robledo del Buey es una aldea que está al lado del camino y el poco tiempo que estuvimos (no recuerdo si el restaurante estaba cerrado o no tenía terraza para poder estar con la perra).
Unas cuantas casitas, una tranquilidad inmensa, ciertas calles en cuesta y algún que otro parquecito generaban un lugar bastante tranquilo y con otras dinámicas diferentes a la de la ciudad. Un viaje rápido que no dio tiempo para más.
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