lunes, 8 de septiembre de 2014

Nulos políticos en Argentina

No solo estoy para preocuparme por la política en España y Francia, sino que también tengo algo que decir para Argentina. Si bien la economía y el progreso han aumentado desde el crack de 2001 no quiere decir que todo sean albricias. Todo lo contrario. Podría decir que las posturas económicas del kirchnerismo han traído la bonanza, pero podría ser más plausible que haya sido el contexto económico internacional: una ola que ha subido a muchos países.

Hoy en día Argentina anda en recesión con una inflación que ya no sabes qué es barato y qué se ha vuelto caro. La diferencia con respecto a las monedas fuertes es cada vez peor. Y la administración lo oculta y lo tergiversa. El peronismo desaforado y maquillado de Cristina Fernández ya no entusiasma, ni los ultras de La Cámpora ya hacen un seguimiento tan fuerte. La inseguridad ha crecido en los últimos años (he sido testigo de ello) y los narcotraficantes han encontrado una tierra segura para campar a sus anchas. La corrupción en todos los estamentos se ha vuelto algo cotidiano y desde policías hasta médicos prefieren mirar para otro lado por algo de dinero.

El vicepresidente Boudou es el último caso de corrupción institucional. Entre negociación de deuda provincial mediante organismo privado hasta el cambalache de la fábrica de impresión de billetes, el hombre ha llevado la impunidad a su máxima expresión. Ya no le valen sus poses rockeras ni su carisma, puesto que cada día se ve más cerca de la cárcel. Veremos si es posible, puesto que es el último cortafuegos entre la Justicia y la Presidente. El resto del elenco ejecutivo no es para tirar cohetes. Muchas proclamas, mucho orgullo pero nula preparación y un exceso de divismo y extorsión. Ahora a mi parecer el Gobierno actúa por inercia: no para por miedo a caer, pero no sabe cómo seguir con el asunto. Están esperando entre estertores terminar el mandato y listo. Pero, ¿fin de la política errática? Nada de eso, puesto que no hay oposición en Argentina. La hay, sí, pero no convence a nadie y lo más probable es que hoy se quejan porque no pueden hacer lo mismo que están haciendo los miembros gubernamentales. Macri con su política ultraconservadora con tintes delictivos, Binner con su socialismo sin empuje y con vínculos con narcotraficantes, Sanz con su radicalismo vagabundo de nula llegada, Carrió con sus aires de Mesías en un pacto con unos y otros, Scioli con su oposición translúcida que hunde sus raíces en seguir con el kirchnerismo, Solanas con sus veleidades peronistas, Cobos con su nulo carisma...

¿Y Massa? Ahora parece el redentor y salvador de Argentina, cuando es una maniobra muy típica y socorrida: abandonó el barco justo antes de que se empezase a hundir. Y muchos afectos al oficialismo renegaron (y dijeron que desde siempre) y se confesaron massistas. O sea, un aprovechado apoyado por una caterva de aprovechados. Hay aún gente de valía entre las filas de los anteriores y en la izquierda también, pero su pegada no llega al nivel de esta gente y es algo para entristecerse. Quitan a la ineficiente Fernández para que otro ineficiente llegue a la Casa Rosada.

Pero ni las provincias tienen pinta de ir a la contraria con un hálito de esperanza. Se retornó al feudalismo medieval, donde dentro de sus dominios controlan todo el poder y rompen las leyes a su antojo. Es más, pactan con grandes empresas que explotan los recursos naturales y no dejan dinero ni mejoras a cambio. Llenan el bolsillo de los corruptos y saquean el país con total impunidad. Una pena al ver un país con tantos recursos y con tanta gente preparada. Pero es que ya solo la desidia domina los planes a futuro. Luchar por sacar la cabeza no te deja tiempo para progresar. Que el gobierno te quiera tratar como un delincuente eterno tampoco te ayuda. Que las bandas criminales sean las que controlen las provincias no es para enorgullecerse. Y que la prensa solo piense en la polarización social solo para vender más es algo abominable. Y realmente es una pena, Argentina da para más. Para mucho más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Diario de Viaje: Peñafiel (Febrero de 2023)

 Pues casi sin reponernos del viaje navideño a Portugal tocó otro gran viaje. Mi mujer tuvo que ir a un curso a Santander y yo hacía décadas...