Curiosidades de la vida, gente conocida de Toledo que terminó mudándose (el no toledano termina costándole vivir en Toledo) a una aldea perdida de Burgos. La idea era visitarlos y aprovechar para ver la provincia y así lo cumplimos tras una mañana en la capital.
Alarcia es diminuta, pocas casas y muy tranquila, rodeada de montes que recorrimos en soledad y silencio varias veces, rodeados de pinares y viendo la orografía de la zona. Nos dijeron que hacía poco se habían retirado las nieves, por lo que tienen que estar bastante aislados aunque se esté bastante cerca de la capital. Eso sí, moteros y caravanas siempre pasan por el lugar y están bastante entretenidos. Como que decían que se venían para estar más tranquilos y ahora son centro de atención y cultural de la zona. Feliz reencuentro y anécdotas, incluso llegamos a dar una vuelta con su perro para recordar los tiempos en los que paseábamos en los parques caninos a los perretes.
La vuelta la hicimos por otro lado en vez de pivotar de nuevo en Burgos. Bastante curioso cómo cambiaba la orografía a unas llanuras (¿pastos? ¿Viñedos?) y atravesábamos pueblos que parecían abandonados.
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