miércoles, 9 de enero de 2013

¿Qué mundo nos van a dejar?


Tema delicado. Las anteriores generaciones sienten un deber moral de mantener el mundo que conocemos con la pregunta '¿Qué mundo les dejaremos?', aunque no todos se hacen esa pregunta y contaminan y desprecian su entorno. Pero los jóvenes hemos de empezar a preguntarnos '¿Qué mundo nos van a dejar?'. Porque, seamos sinceros, estos desbarajustes educativos, políticos y económicos no los hemos provocado nosotros, sino la generación de nuestros padres.


No digo que sea con mala fe, pero en un afán de sobreprotección para evitar que vivamos lo que ellos sufrieron nos sobreprotegen, cuidan y disuaden muchas elecciones. Está bien que sepáis que por ese camino vamos a fracasar y sufrir. Aconsejadnos, pero uno no madura si no vive, por lo que dejadnos repetir vuestros fallos, quizás para la especie será un paso atrás o un periodo estacionario, pero para nosotros es un proceso vital necesario. Eso de exigir pagas semanales, o mantenernos en casa hasta más allá de los treinta, o que si lloramos nos den el caramelo o videojuego más cara, solo porque los amigos ya lo tienen. Hay que sufrir, porque en el mundo actual nadie te regala nada.


El afán del cerebro es su propia destrucción: el órgano está para luchar contra el medio, para transformarlo y tender a hacerlo predecible para asegurar la supervivencia, pero si lo logra y permanece en este estado mucho tiempo, se convierte en un órgano irrelevante. Si no hubiese habido catástrofes en la historia terráquea aún seríamos bacterias. Por eso es necesario que nos desenvolvamos por nuestra propia cuenta, que formemos nuestra personalidad y seamos la generación del presente, no del eterno mañana.

Como antes el que llegaba a tener título universitario tenía la vida resuelta, nuestros padres vieron una prioridad que todos tuviésemos título universitario. Pero el punto es que en el pasado apenas había licenciados, por lo que se los rifaban. Como este mandato imperativo se nos ha dicho a todos ahora todos somos licenciados, por lo que hay superpoblación y eso de 'Saca una carrera y a descansar' no vale más. Porque ahora ser universitario es el listón mínimo en el que se comienza a competir (como podría ser en época de nuestros padres el terminar la primaria). Sobrevalorar algo no es bueno. Está bien que haya licenciados, pero no por ello que sea en detrimento de otros trabajos, dignos e importantes en una civilización conectada con todo y todos. Fortalecer y dejar de mancillar la Formación Profesional es un buen punto de partida. Y muchos campos que solo requieren instrucción primaria/secundaria, tales como electricista o fontanero, que sin licenciaturas tienen trabajo asegurado y dinero a mansalva.


Y esa es otra, que tengamos un trabajo bien remunerado para vivir tranquilos. Como si acumular dinero fuese lo mejor del mundo. Quizás muchos busquen un trabajo que pague como para ir tirando mes a mes y que les reconforte, que les haga crecer y madurar. Mejor ser feliz a ser rico, me parece. Pero la idea parental que es necesario tener dinero (¿para gastar en qué?) es muy fuerte y muchos tiran por abogacía o medicina, sobresaturando el plantel.


Las amenazas de guerra, la corrupción, la contaminación del medio ambiente, el abandono de los mayores, vivir timando, cosas implantadas en la sociedad española no son nuestra culpa, es de la generación que nos critica por ni-ni, la generación que tendrá que heredar todo esto y encauzarlo. Pero no todos los jóvenes se comprometen ni todos los mayores destrozan. Entre todos podemos. Seguro.

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