martes, 11 de octubre de 2011

Estoy de vuelta

Ya terminaron las vacaciones. La verdad que no me moví mucho. Tuve ciertos problemas de salud y no convenía dejar la casita. Además, el frío y la lluvia han hecho que uno esté mejor abrigado y en casita, aunque el rol no ha faltado. Reuniones con diversos amigos, viajes cercanos, preguntas en la Facultad, barbacoas. Lo típico.

Me lei una Historia de Andalucía de poco más de mil páginas y un libro sobre el 23-F. En Córdoba aplaudieron mi iniciativa de viajar a Argentina, ya que el trabajo escasea en el Departamento, y los sueldos ni que digamos, por lo que en esta época de crisis mi aventura descabellada se está convirtiendo en un modelo serio a seguir. Incluso mi primo David barajó la posibilidad. En Madrid pasé un día muy instructivo, ya que me dio tiempo a ver el museo del Prado, el Congreso restaurado y la estatua al Ángel Caido, la única del mundo en homenaje a Lucifer (curiosamente elevada a 666 metros sobre el nivel del mar). En Barajas casi quedo fuera por sobreventa y con un conflicto con la máquina expendedora, ya que me decían que llevaban tres años usándola y yo que en mis cuatro años de viajero nunca la había tocado.

¡Pude pasar el jamón! Así que mejor que el año pasado, pero por diez minutos perdí el autobús a Rosario y me quedé en Ezeiza dos horas leyendo cuentos argentinos y hablando con una alemana que venía a visitar a su novio de Brasil. Tras el viaje, el reencuentro con Geo, de gran intensidad emotiva, regalos y caricias. Estuvimos hablando cada día de las vacaciones y cada segundo de los cuatro días que tuvimos en exclusiva para nosotros dos inolvidables.

Así que vuelvo a empezar a trabajar, comprobando el vacío de la nueva máquina, con probetas por pulir, mejorando el trabajo del nitruro de aluminio y con ganas de ver el combate que se va a llevar a cabo en el seno de Proyecto Sur.

¡Nos vemos, compañeros!

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Publicado originalmente el  16-02-2011

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