martes, 11 de octubre de 2011

La revolución islámica

Si bien para mí la humanidad siempre ha estado en continua evolución, unas veces se lleva a cabo más rápido que otras. O quizás a veces la evolución es cambiar todo para que nadie cambie, pero eso es otra historia. Los hechos económicos, políticos y sociales a veces desencadenan en un punto sin retorno en el que si no se da un empujón la cosa no avanzará en muchísimo tiempo. El Islam, una de las religiones más importantes del planeta fue en un principio un avance que aglutinaba ideología árabe con el judaísmo y el cristianismo. Era más aperturista e integradora y cobijó a muchos sabios y eruditos, asimilando lo mejor de las culturas que iba engullendo. Propició civilizaciones de gran esplendor que dejaron atrás a sus vecinos, pero tuvo un fallo sistémico: no evolucionó. Con el tiempo la gran ventaja que tenía sobre los cristianos y el resto de Oriente fue menguando y al final totalmente superado, quedando tal y como hoy en día podemos percibir. La Revolución Francesa fue el impulso final que permitió a Europa pegar el salto hacia la concepción de división de poderes, redacción de la constitución como norma fundamental y erradicación del poder monárquico absolutista, implantando las bases del liberalismo que desencadenará en la democracia representativa actual. Pero como todos somos humanos y tenemos estructuras mentales idénticas era cuestión de décadas que los países islámicos tuviesen su propia "revolución francesa". También hay que contar que las presiones de Occidente y el nuevo colonialismo imperialista siempre han intentado tener a estos países lo más oprimidos posibles, ya que como bajo sus territorios hay inmensas reservas de petróleo les convenía tener a Estados amigos con ciudadanos ignorantes de lo que podían hacer con sus materias primas y reprimidos, mientras que los gobiernos despóticos planteaban una relativa calma para que las extracciones petrolíferas no sufrieran contratiempos.

Marruecos fue el primer país en que se inició la revolución. Casi medio año antes que el resto del norte de África. La política represiva marroquí frente a las reclamaciones de independencia por parte del Sáhara tuvieron su punto álgido cuando militares de Marruecos erradicaron un campamento de refugiados saharaui que se formó de manera espontánea para pedir ser escuchados sin luchar. No veían con buenos ojos que Marruecos departiese con medio mundo y acordase el expolio de los recursos de Sáhara Occidental. Tras la rápida condena internacional todo volvió a un sepulcral silencio, como tristemente viene siendo habitual. Tras el resto de revoluciones, muchos activistas se han manifestado contra el Rey de este país, pidiendo un régimen verdaderamente constitucional que dependa menos del poder regio. Tras los primeros pasos de represión policial se han dado numerosos manifiestos gubernamentales encaminados a reformar las leyes y hacerlas más aperturistas. Pero, hasta el día de hoy, todo sigue de idéntica manera y no nos olvidemos que es un gra aliado de Estados Unidos contra el terrorismo y que fue el primer país que reconoció la independencia de las trece colonias americanas, por lo que siempre le guardan especial cariño. También cuentan siempre con el beneplácito de Francia, que aunque permitió las independencias nunca ha dejado de influir y manipular estos países.

Argelia fue el país que hizo saltar todo por los aires de manera más evidente. Al menos, fue quien inició el reguero de pólvora, puesto que el resto de revoluciones se dieron muy seguidas. Los altos precios y la escasez de trabajo para los jóvenes hicieron que casi todos los argelinos salieran a la calle iniciando fortísimas protestas. Consiguieron normalizar la situación del país, que llevaba en estado de alarma desde hace décadas. Por un tiempo la revolución quedó algo adormecida y opacada por el resto de revueltas, pero hace poco que volvió a pisar con fuerza, iniciándose una serie de reformas y fomentando cambios en el gobierno.

Túnez aprovechó el uso de las redes sociales y ha sido finalmente la insignia de estas revoluciones que piden el derecho del pueblo a decidir por sí mismo y que piden la llegada de la democracia. Muchos de estos países siempre han estado gobernados por déspotas durante varias décadas seguidas, pero contaban con la connivencia de las potencias, destacando siempre la Unión Europea, puesto que la ideología política de estos gobernantes se adherían a los postulados socialistas. Además, practicaban un laicismo y aparte de vender barato todo recurso patrio no armaban mucho barullo. El verdulero fue como el fundador, el símil de un creador de una religión. Humillado y con prohibición de pasear con su carrito para vender, este buen hombre se desesperó y terminó prendiéndose fuego. Los gobernantes se rieron de la idiotez pero no esperaron que todos los tunecinos se echaran a la calle con un furor inusitado y con protestas fueron ganando los favores de reformistas, oposición y los observadores internacionales. Pudieron echar al presidente Ben Ali, que se había estado enriqueciendo a costa de maltratar al pueblo. Él, con toda su familia huyó al extranjero y mucho de lo que robó no se lo pudo llevar. El resto del Gobierno, como si la cosa no fuese con ellos, se erigieron como los reformistas, pero pronto fueron acallados por las protestas y obligados a dimitir e iniciar una enorme lista de reformas políticas.

El caso más impactante fue Egipto, con reporteros enclavados en la zona y con muchos protestantes intentando burlar el bloqueo de las redes informáticas para iniciar una revolución. Reuniones pacíficas en una plaza céntrica y días y días de protesta, donde Estados Unidos e Israel callaban por uno de sus mejores aliados. Pero cuando vieron que el ejército se inclinaba hacia los rebeldes y que las directrices del Gobierno ya no podían satisfacer a nadie empezaron a salir por los medios de comunicación para despreciar a Mubarak, su gran amigo hasta hacía dos minutos. La oposición por fin tuvo voz y hasta varios grupos musulmanes vinculados con el extremismo ganaron publicidad. Algunos incluso, tras la huida del Presidente, salieron de sus casas a colgarse medallas, pero pronto fueron aborrecidos. Tras esto ha habido algún que otro enfrentamiento entre partidarios del anterior régimen y los que clamaban por algo nuevo y hoy en día se están llevando a cabo consultas constitucionales en donde el director es el Ejército.

Jordania vio que la cosa también podía explotarles a ellos y tras varias protestas de sus ciudadanos el Rey se vio obligado a cesar al Gobierno en un intento que un nuevo gabinete traiga suficientes reformas y aplaque los ánimos.

Siria, con su bloqueo de información y la represión de los manifestantes no ha conseguido disuadir a los que quieren libertad. Un régimen un tanto oscuro, quizás en connivencia con terroristas, que se tambalea cada vez que mata a algún manifestante. La gente está harta de dictadura (que legó el padre a su hijo al-Assad) y desea probar lo que es la democracia.

Irán también tuvo conatos de rebelión pero la represión fue tan estricta que en pocos días la oposición fue acallada. Muchos de los que luchan contra el régimen temen por sus vidas y no se atreven a reunir a una masa considerable que proteste.

Libia saltó también en contra del megalomaníaco Gadafi, que su represión de décadas ya no pudo contener a los que quieren democracia y a las tribus que mantienen la estructura de poder. Los líderes de izquierdas siguen apoyándolo pero Occidente, tras años y años dándole condecoraciones y tratándolo como un amigo por las impresionantes ventas de petróleo se dieron cuenta que ya era malo. La oposición está muy desorganizada y una tardanza de la ONU han provocado que se desate una guerra civil en Libia, puesto que Gadafi no dudó ni un segundo contratar mercenarios para aniquilar a los que iniciasen cualquier tipo de protesta.

Arabia Saudí, uno de los mejores amigos de Estados Unidos, también pasó por un conato de protestas por el régimen absolutista y gerontocrático que viven hoy en día. Los saudíes lo tienen difícil, ya que esos delitos se los asocia directamente a la Corona y eso conlleva al título de traidor y la pena de muerte, por lo que han sido acalladas las protestas en uno de los países teocráticos con mayore restricciones a los derechos.

Yemen sufre actualmente una ola de protestas y manifestaciones desde hace semanas. El anacrónimo régimen de Saleh está dando bocanadas y el pueblo, envalentonado con las victorias de los sublevados de otros países, no se está dejando intimidar a pesar que la policía usa fuego real para eliminar las manifestaciones. Han habido algunas reformas, pero parece que no son suficientes.

Baréin sí contó con la rápida intervención de Estados Unidos a favor del régimen, puesto que en este archipiélago está la V Flota de EEUU en el Golfo Pérsico. Es una frontera contra Irán y no pudieron ver quién iba a ganar para hablar, como hicieron con Egipto. El Rey hizo multitud de reformas aperturistas desde que inició su reinado, pero aún hay muchas prohibiciones y la gente está harta de ellas. También que la clase dirigente es de religión suní, mientras que la inmensa mayoría del pueblo es chií, por lo que siempre están con la idea de que son tratados como ciudadanos de segunda. Además, el gobierno contrató a mercenarios para reprimir duramente las manifestaciones y eso desencadenó más protestas. Antes pedían que se estableciese una monarquía constitucional al estilo de las de Europa, pero ahora ya no se conforman con eso y conspiran para lograr instaurar una república.

Omán es de los pocos estados absolutistas que quedan en el mundo. Tiene gran cantidad de petróleo y sus beneficios se reparten al pueblo para mantenerlos callados y a gusto. Pero últimamente esto no es suficiente y se han dado varias manifestaciones. El Sultán, alarmado, decidió hace muy poco que su órgano consultivo se convierta en el Poder Legislativo, ya que este hombre ostentaba los tres poderes. Con este paso espera que pronto se calmen sus ciudadanos.

Costa de Marfil, a pesar de no estar en la línea de estos países, tiene un conato de guerra civil que la comunidad internacional le está costando ver. Tras unas elecciones presidenciales, quien tenía que abandonar el cargo no lo hizo y quien tenía que ocuparlo no se calló. Ambos se difaman con que manipularon las elecciones y ambos están convencidos de que muchos tomarán las armas en su nombre. Y unido esto con el proceso de división de Sudán en Norte y Sur para intentar terminar con la eterna guerra civil del país da un pequeño panorama de cómo está el patio.

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Publicado originalmente el  08-04-2011

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