lunes, 10 de octubre de 2011

¿Hubo de verdad gripe A?

Hace poco hicieron un censo nacional en Argentina. La mayor curiosidad es que en vez de hacerlo poco a poco lo hacen en un único día. Se paraliza todo: no hay trabajo, ni se abre nada y recomiendan que te quedes en casa. Fue el mismo día en que murió el anterior presidente Néstor Kirchner. Aparte de los chistes y las anécdotas del momento y el proceso censitario recordé lo que ocurrió en la misma Argentina hace poco más de un año: la cuarentena de la gripe porcina (o A, como se prefiera).

Dejo a mi amigo conspiranoico Arturo el cavilar la verdadera fuente de la gripe, ya que parece ser que surgió simultáneamente en tres puntos diferentes del planeta o que los Gobiernos sólo pudiesen comprar la vacuna a una única empresa en la que altos cargos del gobierno estadounidense estaban en los puestos más beneficiados (sin contar la aplicación de la vacuna sin testear en humanos o el extraño caso de Ucrania con una epidemia en donde los síntomas eran las hemorragias). Realmente pasó poco a pesar del miedo y la paranoia y murieron más por gripe común que por esta nueva peste que pretendía ser la mermadora de la humanidad. Lo que quiero escribir hoy (si la maldita RAM de la máquina me lo permite) es sobre la cuarentena que nos hicieron pasar.

Lo curioso es que la cuarentena empezó al día siguiente de unas votaciones. Me parece muy raro que no sea contagiosa la enfermedad ese día donde todo el mundo tiene que juntarse y entrar en lugares cerrados en común. Se ve que renovar o conservar sillones es más importante que la salud de la población y ésta puede esperar. Duró más de cuarenta días y se juntó con las vacaciones de invierno. Todo el mundo en casa, llorando por cualquier estornudo, lavándose las manos hasta para rascarse el mentón, poniendo las mascarillas y el alcohol a un precio estratosférico, etc. En mi calenturienta mente empecé a sospechar que si alguien quería dar un golpe de Estado aislar a la gente debía ser uno de los primeros pasos obligados. Normalmente a nadie le gusta que le digan lo que ha de hacer y si recomiendan estar en casa por su seguridad no lo harán, excepto si como contrapeso le pones que en la calle hay una enfermedad peor que las plagas bíblicas. Con la gente con miedo es fácil entonces sacar los tanques a la calle y los militares controlar los centros urbanos como si fuesen maniobras de desfile. Podrían cambiar las cosas en Casa Rosada de la noche a la mañana y nadie enterarse hasta que todo fuese irremediable (y los medios de comunicación bien metidos en vereda). La amenaza de gripe mundial quizás fue un placebo para asustar a la gente y poder probar la reacción de los Gobiernos y la docilidad del pueblo. ¿Quién sabe? Quizás todo lo que he dicho sean fantasías (ojalá sea así) pero hoy me dio por retorcer las cosas y conspirar un poquito. Mejor que sea producto de mi imaginación y no que estén haciendo pruebas cada pocos años para ver cómo reacciona la ciudadanía al obligarla a permanecer en sus casas hasta que tengan todo preparado y den un giro al mundo que estamos acostumbrados.

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Publicado originalmente el  30-11-2010

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