jueves, 27 de octubre de 2011

¿Día de la Raza?

Para empezar, ¿hay razas en los homo sapiens? Según parece no existe ningún conjunto de marcadores genéticos o de rasgos inmutables por los que puedan ser clasificados los humanos. Pero los perros se dividen en razas, ¿verdad? Pues sí, pero el ser humano desde siempre se ha mezclado con sus congéneres y ha dado a tal mezcla genética que es imposible clasificarlo en razas. Vamos, como los perros de la calle. Así, que el Día de la Raza, que se celebra en toda Iberoamérica, pierde un poco de sentido realmente. En España creo que se tomó como fiesta nacional de la Hispanidad allá por 1918 y supongo que era (a resultas de los primeros centenarios de las repúblicas americanas y el pesimismo tras la guerra de 1898 con Estados Unidos) para resaltar los elementos comunes como la lengua y muchas tradiciones. También se hizo coincidir con el aniversario de la proclamación de la bandera rojigualda como la bandera nacional (aunque esto fue un 13 de octubre de 1843). Puede ser que festejar la llegada de Cristóbal Colón a América en principio fuese una llamada a la superioridad castellanoleonesa (y después por sucesión, española) al resto de Europa y el mundo. También ando de acuerdo que el dictador Franco, con sus ansias imperialistas, retomase este significado para darle a España el mérito y la importancia de la que carecían realmente en los años de la dictadura. Lo que sí es cierto es que desde la década de los 80 del siglo XX se le ha dado a la fiesta un carácter de homenaje nacional y de exaltación de los vínculos con Hispanoamérica. También es cierto que puede haber algún que otro nostálgico que piense en los años imperiales y que el pasado era mejor; e incluso los intelectualoides que se consideran apátridas y que todo se la refanfinfla, pero después no van país por país pidiendo derechos y obligaciones o que cuando en el deporte se hace un logro son los primeros en celebrarlo. Hay de todo, amigos.

Para empezar no fue Castilla y León el primer país en llegar, desde los nórdicos y quizás algunos árabes y chinos, pasando por las leyendas polinesias y fenicias llegaron a este continente ya poblado por humanos, por supuesto. Pero fue a partir de 1492 que las conexiones entre continentes se hicieron regulares y no anecdóticas.

Sin embargo, el 12-O es visto de diversas maneras por cada país. Algunos se dedican a resaltar las características culturales de los pueblos originarios y reivindicar su historia y tradiciones. Muchos lo consideran el día depravado en el que comenzó uno de los peores y más largos genocidios de la historia de la humanidad. Es innegable y cierto a más no poder. Lo condeno. Lo digo siempre no por cansino, sino porque mucha gente se le olvida que lo digo y después me considera embajador plenipotenciario enviado para recibir las culpas de lo que hicieron depravados hace medio milenio, junto con la concesión y devolución de todo lo extraido en metales preciosos. Se olvidan que yo soy un humano normal que no puedo hacer mucho en representación del Gobierno. También olvidan (ya fuesen los Virreinatos parte integrante de España o territorios personales del Rey de España) que eran regiones españolas, por lo que lo de robo queda para que lo analicen los historiadores, porque quizás fue movimiento de elementos a la metrópoli, con una cierta (quizás insuficiente) devolución para obras de ingeniería y edificación de cientos de ciudades. Repito, que una cosa no quita la otra y solo es una reflexión histórica con la que se juega muchas veces, como la que los países que se independizaron tomaron una cultura europea y no se dedicaron a integrar a los habitantes originarios o devolver los territorios a los que fueron desposeídos de ellos, sino todo lo contrario, a masacrarlos y arrinconarlos. Y para un sarcasmo mayor, los gobiernos que piden y reclaman que se les respete y que integran a todas las culturas y culpan al genocidio español se dedican por la puerta de atrás a oprimir incluso con armas de fuego a los descendientes de los habitantes originarios en zonas desérticas y mandar grupos ultras a darles palizas si protestan en la capital.

Porque a veces, con un humor que parece un insulto velado, te atacan xenófobamente para intentar ocultar o minimizar lo que pasa hoy en día. Porque si lo uno fue catastrófico lo otro lo es también. Quizás crear un enemigo común te ayudaba en los primeros años para crear un sentimiento de nacionalidad, pero hoy creo que carece de total sentido. Que si bien España ha renovado sentimientos de aprensión por el esquilmado actual de los países sudamericanos con las empresas energéticas y los bancos, aunque con la connivencia de los gobiernos locales, y que el sentimiento de estúpida superioridad española plasmada con las reticencias a los inmigrantes, las leyes que son un despropósito para el viajar turísticamente y los policías con su orgullo de que un país solo es para sus habitantes nos merecemos muchas críticas, pero creo que para el entramado institucional que promueve esto y los que calumnien en serio, porque negar los sentidos de festividad que hay en España roza el dogmatismo. Si celebro los vínculos hispánicos no sé por qué me tienen que tachar de criminal. Si tiene el Reino que indemnizar y pedir perdón que sea a los pueblos originarios, no a los nuevos gobiernos y los primeros que te critican de ojos azules y de apellido español o italiano, que a su vez se jacta de tener la ciudadanía de alguno de estos dos Estados porque sus abuelos venían de allí. Si me atacas por mis improbables antepasados que fueron a América a matar indios y evangelizar, creo que podrían ser incluso los tuyos, ya que hasta hace dos generaciones nuestra línea de ascendencia compartía la misma nacionalidad. También que muchos países altamente occidentales y de inspiración europea se consideran mágicamente sucesores de los Cacicazgos conquistados por España. Ni la organización, ni por la población étnica, ni la historia lo apoyan, ni la cultura conectan a esos reinos gobernados por los pueblos originarios con los Estados que surgieron a principios del siglo XIX (es más, se encargaron de quitarles las pocas tierras libres que tenían y arrinconarlos). No fue una vuelta a la independencia, sino su primera independencia. Y el "buenismo" de estos territorios para mí es para ponerse a sospechar: los humanos son todos iguales y nos encanta hacer la guerra y si no que investiguen por qué los pueblos colindantes a los aztecas apoyaron a España sin pensárselo. Que, repito hasta la sociedad, una cosa no quita a la otra, que la masacre española fue mucho mayor de lo que se podría haber hecho en siglos de guerras entre los pueblos americanos.

Seguro que me tacharían de xenófobo si los días de conmemoración de las independencias o a los próceres de la patria digo que es un insulto al ser homenaje de terroristas traidores e independentistas. Sí, sería una memez decir eso, pero lo raro es que cuando las tornas se invierten ni es memez ni es xenófobo. Solo pido un trato igual. Solo pido respeto de los que se hacen llamar amigos míos.

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