martes, 11 de octubre de 2011

Un poquito de Wikileaks

Si no escribo sobre el tema parece que ando fuera de la moda, así que para mantener entretenidos a mis queridos lectores soltaré algunas ideas vagas sobre el tema. No sé en realidad por qué se ha dado el revuelo. Cierto que fue una sorpresa: según parece un militar descontento entró subrepticiamente en un ordenador con declaraciones de embajadas y espías de Estados Unidos. Como no pudo vendérselas a un pirata informático tuvo que contactar con el creador de Wikileaks, Julian Assange. Este tipo, de unos antecedentes un tanto peculiares y morbosos, se aprovechó para dar a conocer los trapos sucios de EEUU. Es el momento en que los marrulleros traficantes de información se hacen héroes.

¿Qué contenían esos cables? La realidad, poco. Verdaderamente algo desmesurada la reacción de Estados Unidos por crear delitos en el pasado de Assange y clamando a los cuatro vientos que debían cortas las alas a la libertad de expresión en pos de su seguridad nacional (la de ellos, no la del planeta y sus Estados integrantes). Coaccionando y amenazando, sacando armas para intentar acabar con Wikileaks. Aquí se confunde el hecho de la libertad de información con el mal uso de ella. ¿Quién posee la verdad? Años de estudios lo aclararán.

¿Poco contenían esos cables? Si había algo de valor y de peligro real seguro que eso no ha sido difundido. A todos nos gusta seguir vivos. Además, la mayoría de información que sacan los espías de un país sale directamente de lo leído en prensa, escuchado en radio y visto por televisión. Así de patética es la cosa. Los secretos al estilo Bond no son muy frecuentes. Por tanto, la mayor parte de los cables difundidos no afectaban mucho y más o menos eran informaciones harto conocidas. El revuelo, para mí, viene por la altanería y la chulería que usan los embajadores estadounidenses y la constatación que siguen informando de sus países amigos. Pero, ¿no consta en eso la política internacional, la diplomacia? La diplomacia es decirse las cosas que deseas con mil rodeos y palabras bonitas. El espiarse siempre ha sido connatural al ser humano y más cuando se forjan Estados (ya sean aliados o enemigos, porque ¿quién se fía de que las relaciones siempre sean así?). La altanería del país norteamericano no es de ayer, que digamos.

Si no nos tragamos la manera en que salieron a la luz esas filtraciones podemos sospechar del movimiento ultraconservador y amante de las tradiciones, el Tea Party, baluarte de la derecha cristiana republicana, sea el que ha vendido a Assange estos cables. ¿El motivo? Desacreditar al presidente Obama. Estos cabezas duras no aceptan que viva un demócrata en la Casa Blanca y menos que sea negro, que haya vivido largo tiempo fuera de su país y que tenga antepasados musulmanes. Los retrógrados no pueden aceptar eso. Y más que quería hacer reformas sanitarias para que toda la población pudiese disfrutar de algo similar a nuestra Seguridad Social. Este movimiento que es una presión hacia el Gobierno y un formador de opinión para muchos es plausible que esté detrás de esto. Quieren enseñar que el místico Obama hace trampas. Lo que olvidan es que su ídolo Bush Jr. también las hizo... y se harán. Otra cosa es que medio mundo diese superpoderes a Obama y estuviese convencido de que en 100 días iba a erradicar los problemas mundiales. Al no hacerlo, se desencantan... ¿no es muy hipócrita esa actitud? Me enfado porque no me has traído un trozo de Luna (sabiendo que es imposible para una persona normal).

De todas maneras, aun escocido el Presidente, no ha salido tan mal parado. La que sí ha salido para atrás es la política internacional española. Lo que ha salido y era evidente no ha escandalizado, pero lo que sospechábamos y que al final se ha confirmado sí ha hecho daño. Bueno, la casta política pronto se recupera y es diestra en hacernos olvidar sus flagrantes meteduras de pata. Los embajadores ningunean a Zapatero, aunque sospechan que sepa inglés y se haga el duro de oido. Piden que se hable con Rubalcaba y Juan Carlos I en lugar del Presidente para obtener réditos. Se ha visto la actitud en el caso del periodista Couso, el no hacer nada con la detenida española en EEUU por la custodia de su hijo (mientras decían a los periodistas que estaban aplicándose seriamente), no toman muy en serio a Moratinos y le han sacado que apostaba por la autonomía del Sáhara formando parte de Marruecos, poniendo como ejemplo a la integración de Cataluña en España gracias al modelo autonómico. Aparte de forzar los ejemplos y mentir, ha sido una jugarreta a todos los que pedimos un referendum. En resumen, que aunque el Tea Party quería dinamitar a Obama, en realidad ha bombardeado la política de España. Y razón no le falta, aunque falta el examen de conciencia de los políticos (que por cierto, ¿abandonarán sus pensiones vitalicias que acceden a ellas con sólo dos legislaturas?).

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Publicado originalmente el  14-01-2011

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